Tudela



La capital de la Ribera es conocida por su huerta y la convivencia histórica de distintas culturas. Fue el muladí Amrus Ibn Yusuf el que convirtió a Tudela en un importante núcleo urbano. Los musulmanes estuvieron en Tudela desde el siglo IX hasta el XII. Tras la reconquista en el 1119, el rey Alfonso el Batallador buscó la cohexistencia de las tres culturas monoteístas asentadas en Tudela. Durante cuatro siglos lo consiguieron. Los judíos eran doctos en joyería, peletería, medicina y préstamo mercantil y los musulmanes, en agricultura, carpintería y albañilería. Vivieron en paz y la prueba es que de Tudela salieron grandes hombres en las letras, matemáticas y medicina. Todo terminó cuando los judíos fueron expulsados en 1.498 y los musulmanes en 1516.

 La mezcla de culturas se deja sentir en el Casco Antiguo. La vida bulle alrededor de la Plaza de los Fueros. Cuatro fachadas repletas de balcones y cerámicas con escudos y escenas taurinas, nos evocan aquellos tiempos (desde 1700 hasta 1842) en los que era utilizada para celebrar corridas de toros. En el centro, un kiosko: la curiosa Casa del Reloj.  

Desde aquí, vamos a la Catedral de Tudela, que se levantó en el 1180 sobre los restos que aún se conservan de la antigua mezquita mayor. De estilo gótico, la catedral acoge un bonito claustro románico, así como la románica Portada del Juicio. La Catedral tiene como peculiaridad un buen número de capillas. Su elevada torre es emblema de la ciudad.  

En las cercanías del templo, visitaremos históricos edificios civiles como el Palacio del Deán, con su fachada plateresca, el Palacio del Marqués de Huarte, barroco del XVIII con una impresionante escalera y bóvedas, la Casa de los Condes de Heredia-Spinola y la Casa del Almirante, plateresco caserío señorial navarro. Dirección hacia el puente sobre el Ebro, en la calle Portal, encontraremos el Palacio del Marqués de San Adrián, con su elaborado alero y patio renacentista y la preciosa Iglesia de la Magdalena, el monumento más antiguo de Tudela.  

El Sagrado Corazón observa Tudela. En las orillas del Ebro, crecen verduras excelentes: alcachofas, pimientos, cogollos, espárragos, cardos, guisantes, alubias, borraja, ... Eso sin olvidar los vinos. ¡A disfrutarlo!