Sierra de Aralar



La Sierra de Aralar es un espectáculo en sí misma. Con la claridad de los días despejados o con la magia tenebrosa de las habituales nieblas, siempre luce majestuosa.
 
Son 208 km cuadrados de crestas de roca caliza y valles más suaves y ondulados que se extienden hasta Guipúzcoa. Dos terceras partes de la sierra pertenecen a Navarra y el resto, a la provincia vecina. Desde el Santuario de Aralar se domina gran parte de su poderío.
 
Aralar ha contado con la presencia humana desde tiempos prehistóricos. La prueba son los 44 dólmenes y el menhir que poblan el lugar y que configuran la mayor concentración de dólmenes en Navarra. Muchos afanosos investigadores han estudiado estas muestras megalíticas, los surcos en ellas marcados y los restos hallados en estas sepulturas colectivas.
 
Sobre ellas llueve con mucha frecuencia,pero sin embargo, despierta la atención el hecho de que la sierra de Aralar apenas tiene arrollos ni riachuelos. El motivo, una estructura fundamentalmente caliza que logra que de su roca, lo mismo surjan cientos de simas y grutas, que manantiales que descargan el agua absorvida por la tierra. Por el interior de las montañas, circulan cantidades enormes de agua infiltrada.
 
El río Larráun, al igual que el Guadiana, conquista la superficie cuando lo desea y decide también a su antojo, cuándo desaparecer de la vista de los que le buscan. El Larráun “nace” varias veces. La primera en el manantial de Aitzarreta, en un increíble acantilado y con un fuerte caudal dependiendo de las estaciones. Luego, todo el agua es atrapada por un sumidero que convierte el siguiente tramo de la superficie en un terreno completamente seco, a no ser que haya llovido tanto que la tierra no haya absorvido todo el agua. Aún si ha vuelto a aparecer, todo rastro se elimina en la sima de Legezalde hasta que “nace” por segunda vez en el nacedero de Iribas, con un caudal aún más fuerte.
 
En un lugar como Aralar, podemos practicar muy diversos deportes: desde esqui, piragüismo y espeleología, hasta senderismo, montañismo o bicicleta de montaña. Solo queda elegir.