Regata de Bidasoa y Malerreka

La Regata del Bidasoa comprende el territorio atravesado por el río que le da nombre y que desemboca en las cercanas aguas del mar Cantábrico. 

El río Bidasoa, caracterizado por sus frías aguas y rápidas corrientes, es el destino de muchos pescadores por su tradición truchera y salmonera. De especial interés resultan también las Jornadas de Caza, en las que durante el mes de noviembre, multitud de restaurantes locales ofrecen sabrosos platos de caza. 

Además, pintorescos pueblos salpican este valle, entre otros, la localidad de Etxalar, famosa por sus palomeras. Y en la comarca de Malerreka, situada en el lado más meridional del valle, disfrutará de un bello y tranquilo paraje, los embalses de Leurza. La Regata de Bidasoa es en definitiva, una tierra en la que la naturaleza es protagonista.
La Regata del Bidasoa está situada en la zona más septentrional de Navarra al oeste de los Pirineos Atlánticos. La recorre de un extremo a otro el Bidasoa. Este río truchero y salmonero es corto, rápido y caudaloso. Nace en el término de Erraztu y hasta Oronoz-Mugaire se denomina aún río Baztán. En su recorrido recoge las aguas de multitud de ríos y regatas, muy comunes en esta zona pirenaica. Tras abandonar tierras navarras, marca la frontera guipuzcoana entre España y Francia a lo largo de diez kilómetros. Desemboca en el mar Cantábrico, en las inmediaciones de Hondarribia. 

Valles y pueblos 

En torno al río Bidasoa surgieron bellas localidades, caracterizadas por sus grandes caseríos y un intenso paisaje verde que acoge frondosos bosques de pinos, hayas y castaños. 

Dirigiéndose hacia el sur desde Endarlaza, última localidad navarra que observa al río Bidasoa antes de adentrarse en tierras vascas, se llega al valle de Cinco Villas, compuesto por Bera/Vera de Bidasoa, Lesaka, Igantzi, Etxalar y Arantza. 

La primera parada en el camino es Bera/Vera de Bidasoa. Limita con Francia a través de los pasos fronterizos de Ibardin y Lizuniaga, enclaves que merece la pena visitar por sus excelentes vistas. Cuenta con interesantes edificios señoriales como la Casa Itzea, propiedad de la familia Baroja, donde el escritor e historiador Julio Caro Baroja desarrolló gran parte de su obra. 

A 6,5 kilómetros al sur de Bera/Vera se encuentra Lesaka, localidad que destaca por su bella colección de casas, caseríos y la parroquia de San Martín de Tours, un templo de características renacentistas y barrocas que data del siglo XVI. 

A continuación llegamos a Igantzi, la más pequeña de las cinco villas. Antes de entrar en el pueblo, observe la ermita de San Juan Bautista, cuyo interior es una cueva enclavada en la Reserva Natural de San Juan Xar. La creencia popular atribuye poderes curativos al agua que mana de este lugar. 

Esta reserva es una zona poblada de fresnos, robles, tilos y avellanos. Además, es el único territorio de la Península Ibérica que acoge al carpe, otra especie arbórea. En este paraje pueden contemplarse pequeñas cavidades en la superficie del suelo separadas por cortantes aristas de gran valor geomorfológico. 

Continuando de nuevo hacia el sur desde Igantzi, se accede a Arantza, antigua villa de realengo. Allí destaca la iglesia de La Asunción, de estilo gótico-renacentista, y diversos edificios de carácter civil como la torre de Araníbar y las casas de Apezenea y Xabatenera. 

A 8 kilómetros al este de Lesaka se encuentra la localidad de Etxalar, que destaca por su cuidado caserío, por las estelas del atrio de la iglesia de la Asunción y por sus palomeras, que en época de caza atraen a multitud de aficionados para contemplar la pasa de la paloma. 

Malerreka 

Al sur del Bidasoa se halla la comarca de Malerreka. Este territorio, bañado por los ríos Ezcurra y Ezpelura, se caracteriza por sus bosques de robles y hayas y una multitud de serpenteantes regatas. Los municipios que lo conforman son: Beintza-Labaien, Doneztebe/Santesteban, Elgorriaga, Ituren, Zubieta, Urrotz, Oiz, Donamaría, Sunbilla, Ezkurra, Eratsun y Saldias. 

En esta zona se localizan los embalses de Leurtza, creados en 1920 sobre la regata del mismo nombre para el aprovechamiento energético. Se trata de un bello paraje acondicionado para su disfrute, con un aparcamiento y varios merenderos. 

En cuanto a las tradiciones, en Ituren y Zubieta se celebran unos de los carnavales más ancestrales de Navarra. En ellos, los zantpantzar ahuyentan a los malos espíritus y bendicen y purifican las tierras. 

Actividades en la naturaleza 

La Vía Verde del Bidasoa, un camino que aprovecha el trazado del antiguo ferrocarril, permite disfrutar de la exuberante belleza de la ribera del Bidasoa. Se trata de un paseo llano y pavimentado en varios tramos que recorre los 27,7 kilómetros que unen Endarlaza y Doneztebe/Santesteban. El trazado atraviesa 8 túneles acondicionados con iluminación, aunque el resto de la vía no está señalizada. 

Por otra parte, el río Bidasoa ofrece la posibilidad de pescar trucha y salmón. Aunque la temporada del salmón se extiende generalmente desde mediados de marzo hasta mediados de julio, se cierra automáticamente con la captura número 50. 

Gastronomía 

La trucha común y el escasísimo salmón son dos de los manjares de la mesa en esta zona. Las carnes, especialmente la de vacuno, también adquieren gran reconocimiento. Y no hay que olvidar las piezas de origen cinegético como el jabalí, la liebre o la paloma, protagonista ésta de las Jornadas de Caza que se celebran todos los años en Etxalar durante los meses de octubre y noviembre. Por último, otro de los estandartes de la zona es el queso de Denominación de Origen Idiazabal, de sabor pronunciado, fuerte, medianamente picante y muy mantecoso.