Parque Natural del Señorío de Bertiz



Localidad: Oieregi 
Zona: Los Pirineos 
Web: www.parquedebertiz.es 
Figura protegida: Parque Natural 
Teléfono: 948592421

¿Le gustaría pasar una jornada en un bosque tranquilo, pasear por sus senderos autoguiados, cruzarse en el camino con ardillas, oír el canto de los mirlos y el tableteo del pájaro carpintero? ¿Le atrae la idea de recorrer un precioso jardín botánico y descubrir especies tan singulares como gingkos de China, secuoyas de California, castaños de Balcanes y nenúfares? ¿Quiere conocer palacios rodeados de bosque, ver carboneras y sentir la naturaleza con todos los sentidos? 

Todo esto es posible en el Parque Natural del Señorío de Bertiz, 2.040 hectáreas de exuberante vegetación que incluyen un jardín botánico con 126 especies diferentes, un Centro de Interpretación de la Naturaleza y bellos palacios. 

Bertiz le permitirá disfrutar de una jornada en plena naturaleza en este amable, verde y tranquilo rincón del Pirineo navarro.
Situado a 49 kilómetros al norte de Pamplona, a orillas del río Bidasoa, forma parte del término municipal de Oieregi y limita al norte con Etxalar y al este con el valle de Baztan. Aunque sus orígenes se remontan a finales del siglo XIV, el actual esplendor del recinto se debe al último señor de Bertiz, don Pedro Ciga, quien donó la finca, en 1949, al Gobierno de Navarra, que la declaró Parque Natural. La entrada al Parque Natural del Señorío de Bertiz permite adivinar una naturaleza elegante y exuberante, fabulosa muestra de bosque atlántico, nacida al amparo de un microclima húmedo con ausencia de heladas. 

En la entrada al parque se encuentra el jardín botánico, situado a orillas del río Bidasoa, que alberga 126 especies de árboles y arbustos diferentes. Fue diseñado por un jardinero francés en 1847, y don Pedro Ciga lo amplió mezclando especies autóctonas con otras traídas de remotos lugares; la visita al jardín se convertirá en un exótico recorrido que le descubrirá especies tan curiosas como el ciprés calvo, cedros de Líbano, el gingko de China, araucarias de la Tierra de Fuego, secuoyas de California, camelias, azaleas y bambúes. Una red de senderos le conducirá a través de pequeñas grutas y estanques con nenúfares, y a un mirador sobre el río Bidasoa. 

Cerca de este mirador está el Palacio de Ciga, convertido en sala de exposiciones, y el Centro de Interpretación de la Naturaleza, que ilustra sobre el ecosistema del parque y espacios próximos. La carbonera, que muestra cómo se elabora el carbón vegetal, y la calera, para calcinar caliza, son otros puntos de interés del jardín. 

Una vez en el exterior del jardín, tras atravesar una amplia zona verde con merendero, columpios, centro de información turística y esculturas al aire libre, adéntrese en el bosque; es la zona más extensa del parque -1.869 hectáreas con una altitud que oscila entre 110 y 842 metros- y su acceso es gratuito. 

Una pista de 11 km que se puede recorrer a pie, en bicicleta y a caballo, le llevará hasta el palacio de Aizkolegi, construcción modernista de principios del siglo pasado que permanece cerrada y que nos retrotrae a los días de esplendor del Señorío hace un siglo; constituye un excelente mirador sobre el parque y valles colindantes. Los robles le acompañarán en su paseo por las laderas más bajas y conforme avance por la pista, la ascensión se llenará de hayas y helechos. No le resultará difícil ver ardillas encaramándose a los árboles y, en los días menos frecuentados podrá escuchar al pájaro carpintero. Si lo prefiere, también puede realizar cualquiera de los tres recorridos autoguiados que le mostrarán diferentes aspectos del bosque de Bertiz. 

Cualquier estación del año es buena para visitar el parque, aunque si elige la época estival, disfrutará de una vegetación en todo su esplendor y de excelentes sombras. Si su visita coincide con el 5 de junio, podrá participar en las actividades conmemorativas del Día del Medio Ambiente, entre las que se incluyen feria artesanal y agroalimentaria. A mediados de otoño, el verde intenso del verano da paso a ocres y rojos y es un buen momento para observar los movimientos migratorios de numerosas aves. 

Para quienes deseen completar el viaje con una buena comida, en la zona hay numerosos restaurantes en los que se pueden degustar especialidades de esta parte del Pirineo, como el txuri ta beltz (morcilla de cordero con sangrecilla), los perretxikos y hongos beltza y, como postre, la cuajada. En noviembre, varios restaurantes ofrecen platos de caza cocinados con productos de la tierra. 

El Parque de Bertiz también es un buen punto de referencia para realizar excursiones por el valle de Baztan y contemplar las magníficas estructuras externas de los palacios de la zona, como los de Arraiotz, Elbete, Elizondo e Irurita, construidos entre los siglos XV y XVI con piedra roja del Baztan.